El sábado 14 de mayo se realizó en el salón de Contrasentidos, de Humberto Primo 320-Quilmes, la presentación del libro del historiador local de culturas indígenas del noroeste y sur argentino, Alejandro Re, titulado: “Los Quipus: Secreto Ancestral de nuestra América Precolombina”.
Participamos allí todos los mie
mbros de nuestra agrupación, junto con otra agrupación en la cual habíamos compartido con Alejandro gratos e inolvidables momentos, y una gran cantidad de invitados que colmó las instalaciones.
Su hija Ayelén, su primer lectora y continuadora de alguna manera, su hijo Santiago, y Nancy, la esposa de Alejandro, nos brindaron una semblanza del libro y algunas peripecias de sus viajes de investigación a través de imágenes.
Nosotros destacamos que Alejandro dejó plasmada en su libro la idea que el periodo de esplendor incaico (siglos XV y XVI) no podía haber asentado su poder en suramérica sino se sustentaba en este particular sistema de registro y control, que fueron los quipus. El Imperio incaico tuvo una extensión que iba desde el Océano Pacífico hasta la Selva Amazónica, y desde el Norte de Colombia hasta el Norte de Chile y el Noroeste argentino, todo conectado a través de una vasta red de caminos por los cuales transitaba el comercio, el intercambio cultural, las misiones, y también los quipus, llevando el sistema de registro de todas las regiones. Pues con los quipus locales se iba conformando el quipu del Inca: el conocimiento del rey, que así tenía detalle de todas sus riquezas, sus fuerzas reales, el estado de sus comunidades para administrarlas y dirigirlas con eficiencia y sabiduría.
Se destacó además que como tributarios del sistema inca los indios de la Confederación Diaguita, entre los que destacamos a los Kilmes y Acalianos, fueron los últimos en ser sometidos por el conquistador europeo, y forzados a instalarse en nuestra actual ciudad bajo un régimen combinado de Encomienda Real y Reducción indígena. Y se describió las disparidades de las formas de vida que tuvieron que sufrir en un lado y en el otro.
Le deseamos, por supuesto, el mejor vuelo para su libro, que ya está entre las aves buenas del altiplano.
Cerró el cálido y enriquecedor encuentro el conjunto musical Los Sikuris EMBA, y finalmente la familia de Alejandro ofreció un ágape.