Octubre de 1998, Madrid. España
Viajamos con algunos objetivos precisos. Otros no tanto. Éramos seis y todos, de un modo u otro, vinculados con la búsqueda de memoria, verdad y justicia.
Por algunas circunstancias puntuales, nos esperaba el entonces Juez Baltasar Garzón. Recuerdo que nos recibió en un lugar de su despacho y nos leyó un listado de ciudadanas y ciudadanos españoles desaparecidos en Argentina durante el terrorismo de estado.
Leyó esa lista y apareció su nombre. José Manuel Monteagudo, nacido en Caldas de Reyes, Pontevedra. Justamente uno de nuestros dos próximos destinos. Ya no seguiríamos los seis, sino Gustavo y yo.
Quienes por vocación política asumimos un fuerte compromiso con los derechos humanos, sabíamos que eran treinta mil. Y la lucha era y es por todos. Pero desde el momento que relato, ahora uno de ellos llevaba mi apellido.
El Juez nos habló sobre el modo en que había encarado la lucha desde su lugar. Nosotros le comentamos cómo estaba la situación en Argentina hasta ese momento.
Octubre 1998, Caldas de Reyes, Pontevedra
Encontramos al pueblo y a la familia. Por primera vez “en formato humano”, miles de recuerdos, relatos, cartas que transitaron durante muchos años. Nos mirábamos buscando parecidos. Allí, nos enteramos que sobre José Manuel no se sabía si había muerto pero que ya no estaba… que sus padres muy mayores, dejaron Argentina y habían vuelto a Caldas y la mamá, enferma, se había perdido entre pueblos en esos días.
Casi cien años en horas. Relatos desordenados, emotivos por momento y muy cómicos por otros. Visitas a otros familiares y vuelta a Madrid. Angustia de despedidas que serían para no volver a vernos. Alegría en los corazones por el reencuentro y ese espejo donde fue bueno mirarse.
Octubre de 1998, Lobera de Onsella, Ejea de los Caballeros, Zaragoza, España.
Llegamos a un bar preguntando por la familia de Gustavo. Tres parroquianos muy mayores se dieron vuelta para observarnos primero y explicarnos que las dos personas más viejas del pueblo con el apellido Cardesa, vivían a dos cuadras del bar. Nos indicaron cómo llegar. Uno de ellos habló sobre Mar del Plata, probable primer destino de parte de esa familia, después de arribar a Buenos Aires.
Encontramos a los dos – primos hermanos- y a sus esposas. Increíbles personas e increíble pueblo. El abuelo de Gustavo y el padre de uno de ellos Massimino, primos hermanos, viajaron a Argentina. El abuelo de Gustavo, construyó su familia en nuestro país y el padre de Massimino Cardesa volvió a Lobera y allí construyo su historia familiar. Recorrimos juntos el pueblo. Ya no había escuela porque no había niños. Fuimos a la iglesia. Allí, había una placa con los nombres de las víctimas de la Guerra Civil española. Y nuevamente descubrir los apellidos familiares. En este caso, dos víctimas Cardesa, del pueblo.
Los hijos de Justo y Massimino vivían en otros lugares de España, trabajaban y solían ir durante los veranos. Nuevamente las historias que ese día se corporizaron en ellos y en nosotros. Los parecidos físicos. La partida hacia Argentina, desarraigo, separaciones dolorosas, las heridas de la Guerra Civil. Y nuevamente despedirnos con gran angustia. Tampoco volveríamos a vernos. Pero felices, muy felices por lo vivido. Hablamos mucho sobre la migración y la guerra quizás entendiendo en mayor profundidad el desarraigo, las pérdidas afectivas y las nuevas construcciones de familia, de hogar en una tierra que para ninguno de ellos fue ajena. Nunca.
Llegamos a Madrid y nos encontramos con el querido Carlos Slepoy, compañero abogado argentino, pilar donde se sostuvieron cientos de exiliados argentinos en España, y sus familiares. Charlamos mucho pero afortunadamente a Carlos volvimos a verlo en Argentina, compartiendo miradas políticas. Años después sentimos el dolor de su partida.
Octubre de 1998, Quilmes, Buenos Aires, Argentina
Retomando trabajo y militancia, empezó otra búsqueda. Para nosotros dos, el enfoque familiar rodeado de afectos, anécdotas compartidas.
Puse entonces el acento en José Manuel y su historia. Mi padre alguna vez me había hablado de el y sus padres. Lamentablemente mi viejo murió en 1996, sin saber de reencuentros, haciendo una y otra vez viajes imaginarios a través de los mapas por Pontevedra y Caldas de Reyes. Mi madre volvió a contarme sobre el parentesco con los padres de José Manuel. Vivían en Bernal; el padre de Manolito – así lo llamaban- fabricaba hombreras para trajes de hombre. Familia humilde como nosotros. Mi abuelo paterno, primo hermano del padre de Manolo. Pasados los años ya no se veían. Nadie supo qué había pasado con José Manuel. Todavía, “de eso no se hablaba” en miles de familias.
El hermano mayor de mi viejo, también fallecido, fue quien me vinculó con la familia en España pero también me contó que se creía que Manolito había muerto. Durante muchos años este tío cobraba la jubilación del padre de Manolito en nuestro país y se la enviaba a España. Pero… de Manolo no se hablaba. Este tío sabía que la hermana de Manolo se había ido del país – según él- casada con un italiano.
Tanto Gustavo como yo fuimos, en distintos periodos, miembros de la Comisión de DDHH y Garantías Constitucionales de la Cámara de Diputados de la Nación, continuando siempre con la necesidad de llegar a los juicios por la Verdad.
No conocí a Manolo. Sí lo hicieron mis padres. Como dije, mi viejo falleció y mi mamá tiene 91 lúcidos años pero con cierta dificultad para trasladarse. Por lo expresado, sin duda la historia de José Manuel es una entre treinta mil pero, con características demasiado particulares: el vínculo familiar, la fuerza que despierta íntimamente la identificación con el propio apellido, el haber estado en su pueblo natal, con familia común… intensidad para seguir transitando ese camino de lucha.
Fui encontrando escritos, publicaciones que daban cuenta de lo sucedido con José Manuel y su mujer Laura Cedola. Ambos fueron llevados una noche desde la casa de los padres de Laura y jamás aparecieron. Hay testimonios de personas que los vieron en La Cacha, CCDT en La Plata. Cuando los llevaron, tenían una hijita de 27 días de vida y fue criada por familiares de Laura.
En 2016 y ante la fuerte violencia institucional desatada en esos años en nuestra región, reconstruimos en Quilmes la APDH-. Yo había sido parte en 2005 en lo que fue la APDH Quilmes- Berazategui pero esta vez abarcando además los distritos de Florencio Varela y Avellaneda. Personalmente, y desde siempre por ser del Partido Intransigente, estuve relacionada a la Asamblea. Trabajamos junto a un grupo de compañeras y compañeros con muchos de los cuales también militamos colectivamente en la formulación de la Ley que – presentada luego en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires por la compañera Eva Ramírez y, posteriormente aprobada, permitió convertir al CCDT El Pozo de Quilmes en un Sitio de Memoria.
Actualmente soy miembro del Colectivo Quilmes Memoria, verdad y Justicia como Socia fundadora, espacio que dio origen a ese trabajo conjunto.
Una compañera de APDH Regional, Viviana Buscaglia, me facilitó información sobre José Manuel y Laura. Seguía buscando. Conocí también a Zunilda Quatrin, antropóloga, que había sido compañera de Facultad de Manolo.
En Diciembre pasado a través de Viviana, colaboré con la inmensa bandera que lleva bordados los nombres de 389 detenidos desaparecidos que vivieron, estudiaron, militaron en nuestra ciudad. Sentí que el nombre de José Manuel dejaría de estar solo, sin familia que lo bordara, que lo recordara…Esa idea me había provocado mucha angustia largo tiempo.
El 14 de Diciembre de 2022 solicité al compañero Pedro Wasiejko, Presidente de Astilleros Río Santiago, si podía ayudarme con información sobre el paso de José Manuel como empleado de Astilleros.
El 21 de Diciembre Pedro me envía el Legajo de José Manuel.
El 22 de Diciembre se presentó en el Sitio de Memoria Pozo de Quilmes, el listado de personas desaparecidas y asesinadas por el terrorismo de estado relacionadas con Quilmes. El nombre de José Manuel fue uno de ellos.
El sábado 22 de Marzo de 2023, se realizó el Encuentro Cultural de la Memoria en Puesto Vasco, otro CCDT de nuestra ciudad, presentándose la bandera con los nombres bordados de todas las víctimas Esa bandera ingresaría luego, el 24 de Marzo de 2023 a la Plaza de Mayo, en conmemoración del 47 Aniversario del golpe cívico militar.
Hablando con Zunilda, me comentó el trabajo que se estaba haciendo desde la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, con respecto a las y los alumnos desaparecidos y asesinados.
El 23 de Mayo- y a través de Zunilda- se contactó conmigo María Andolfo. Me contó el trabajo realizado en años desde la Mesa Institucional Inter claustro de Trabajo por la Memoria, junto con la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata y la Dirección de Políticas de Memoria y Reparación, perteneciente a la Secretaría de Derechos Humanos y Políticas de Igualdad, y la Universidad Nacional de La Plata. Una tarea digna de destacar desarrollada desde y por la Universidad Pública.
Siendo la única familiar registrada, me invitaban a recibir el Legajo reparado de José Manuel.
El acto se realizaría el viernes 9 de Junio de 2023 en las escalinatas de la Facultad y Museo. Y ese día empezó otro capítulo en la búsqueda.
El legajo reparado
Era un día nublado. Todos teníamos temor a una lluvia que parecía inevitable. Fuimos con Gustavo y Zunilda hasta el Paseo del Bosque. Los tres somos egresados de la Universidad Nacional de La Plata. Gustavo, Derecho, yo de Humanidades, Psicología y Zuni, como ya dije, , Facultad de Ciencias Naturales y Museo, antropóloga. Ese viaje nos permitió compartir nuestras vivencias en los años de terror. Las corridas en La Plata, mudanzas repentinas, llegar a la estación de trenes para empezar a alejarse, aunque sea un poco, del infierno. Todos los días saber que alguien mas había sido torturado, asesinado y desaparecido. Años de terror y silencio. Cierre de facultades, persecuciones… Y lo que sigue… tan conocido.
Llegamos a la Facultad. Nos encontramos con banners gigantes con las caras y nombres de 60 compañeras y compañeros desaparecidos de Naturales. Comenzaron a llegar familiares, amigas y amigos, compañeros. Zunilda por su lado con amigos y compañeros para recibir el Legajo de un entrañable amigo y nosotros con nuestros compañeros de militancia del PI.
Me encontré con unos compañeros de José Manuel que habían compartido departamento en La Plata. Uno de ellos, Daniel, me contó algunos tramos de sus vidas. Recuerdo que también estaba su hermano mellizo y otro compañero. Hablamos de esos 60 desaparecidos y asesinados. SESENTA, el número retumba en mi cabeza porque, como bien me decía Daniel, Naturales tenía una matrícula reducida comparada con otras facultades.
Era una escenografía imponente. De pronto, en vez de lluvia, comenzó a despejar ese día inolvidable. Frío y sol. Mensajes profundos de las autoridades y organizadores. Un ballet impactante con una música tan impactante como las personas que la interpretaban.
Empezaron a aparecer las caras individualizadas de todos los desaparecidos con sus nombres. Se llamaba a los familiares, compañeros y amigos de cada uno a recibir los Legajos.
Invité a los compañeros de José Manuel a recibir conmigo su Legajo.
En un momento veo el nombre de Laura Cedola y un grupo de familiares recibiendo su Legajo. Sin conocerlos tampoco, sentí una emoción muy fuerte. Como pude, me acerque a uno de sus hermanos. Entre llantos y abrazos, le expliqué mi parentesco con José Manuel. Hablaron de Laura, de su hija Ana Lucía fallecida no hace tantos años. Aquella niña de 27 días murió luego de una larga enfermedad en la misma fecha que fueron secuestrados sus padres, hace pocos años.
Cada nombre de compañeras y compañeros era aplaudido, vivado, con ese grito que les da proximidad, vigencia, reconocimiento, afecto. Ellas y ellos, todos, también “son muertos que no paran de nacer…”
Creo que jamás voy a olvidar el momento en que me llamaron para recibir el Legajo de José Manuel. Conmigo vinieron todos los familiares de Laura, sus compañeros!
Cómo dejar de llorar… Imposible.
Allí nos conocimos, nos abrazamos y acompañamos. Recibí el Legajo Reparado. Nos ubicamos todos. Me pasaron un micrófono y conté muy brevemente esta historia que recién hoy puedo empezar a escribir.
Les conté que no conocí a José Manuel. Cuándo y cómo me enteré de su vida y de su desaparición y los pasos dados para llegar ese día allí. Agradecí tanto, tanto. A la Universidad pública por todo el trabajo hecho! A los compañeros, a la familia de Laura.
Recién en ese momento, con los gritos de ¡PRESENTE! comprobé que José Manuel no había estado solo nunca. Y tampoco lo sabía.
Estuve con una compañera y amiga suya, quien me habló de él. Estuve también con una amiga de Ana, quien me contó sobre esa beba de 27 días. Quedamos comunicados con la familia de Laura, con las y los compañeros de José Manuel.
Decidí entregar el Legajo reparado que me dio la Facultad, a la familia de Laura. Ellos han tenido muchas vivencias compartidas. No yo. Pude contarle a mi vieja todo lo sucedido en el tiempo con ”Manolito” como ella lo nombra cuando se habla de el.
Una copia del Legajo es para las autoridades del Sitio de Memoria Pozo de Quilmes.
Me quedo con una copia del Legajo Recuperado. Pero me quedo con muchísimo más.
Una historia que fui construyendo como pude, desde Octubre de 1998, un familiar que ahora conozco mucho más, José Manuel.
La familia de Laura.
Saber que hubo una bebé de ambos. Siento no haberla conocido, no haber sabido de ella.
Las Compañeras y compañeros de Laura y José Manuel.
Sigo con la misma certeza. Buscar MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA.
SIEMPRE.
Lucrecia Monteagudo
Bibliografía.-
1.-España Exterior. El periódico de la comunidad española en el mundo.Mónica de Lázaro Jodar, 30 de Enero de 2007
2.-Página 12
4.-nodo50.org. Comisión de Exiliados Argentinos en Madrid.
5.- Juicio por la Verdad La Plata. Informe de Prensa 28/04/04
6.- huellasdelamemoria.com.ar 22/6/1977
7.- Juicio por los crímenes del CCD La Cacha 11 de Abril de 2014
8.-Responsabilidad Empresarial en delitos de lesa humanidad.. Tomo II. Ministerio de Justicia y DDHH, Flacso, CELS, Infojus, Sria. De Derechos Humanos, Programa MVJ
9.-Desaparecidos españoles en la Argentina. Luis Pérez Leiro Grupo de comunicación de Galicia en el mundo
Un especial agradecimiento a:
Viviana Buscaglia
Zunilda Quatrín
Nora Saltalamachia,
Néstor Morelli,
Nicky Bugallo,
Pedro Wasiejko,
Gustavo Cardesa
Un doloroso, pero a la vez amoroso y reparador relato qué repara y aparte la memoria. Gracias
Para mi siempre es importante tu opinion. Muchisimas gracias!
Soy compañera de Lucrecia Monteagudo, y conozco a Zunilda y no tanto a Pedro y Gustavo, les nombró x el orgullo de valentia y amor que me abraza conocerlos. Mí Padre junto x todas partes sus raíces y marchó aSantiago de Compostela y puerto García a buscar sus raíces, ahora entiendo su inquietud. Terminé de leer en lágrimas xque mí Compañero busco en cada rincón que pudo a su Amigo Enzo Fiore, sin resultado. No supe en aquellos tiempos pero soy parte de este dolor Colectivo que nos une. Gracias Lucrecia Abrazo enorme Compañera 🌹
Como siempre, gracias a vos Cristina!
Muchas Gracias Lucrecia.
Tenemos que buscar muchas historias como está, para lograr un libro, que sea un testimonio de coraje, de todos los familiares, que sufrieron la desaparición de un ser querido.
Gracias nuevamente Lucrecia.
Muchas gracias Rodolfo! Las luchas colectivas nos llevan – sin dudas- a recuperar todas las historias!