El trazado de las plazas
Las plazas en Don Bosco tienen orígenes diversos. Están aquellas trazadas obedeciendo lo que dictaba la ley que obligaba a los dueños de la tierra a dejar los terrenos para tal efecto[1] (y que en el caso del pueblo se demoró por artilugios legales) y las que se crearon más tarde por pedido y acción de los vecinos.
En los planos de mensura de noviembre de 1931, “Proyecto para ampliar el pueblo Don Bosco”, encontramos un predio que no está disponible para el remate ya que pertenece a Obras Sanitarias de la Nación sobre las calle Roca y Chaco (actual Juan B. Justo)[2]
Con el título “Plazuela”, el diario Crónica del 4 de mayo de 1963[3] informa que: “en esta localidad en la calle Juan B Justo y Gral. Roca hay un terreno de más o menos 90 metros de frente por 30 metros de fondo que entendemos pertenece a Obras Sanitarias de la Nación. Como a través de él pasan grandes caños cloacales a poca profundidad, deducimos que no es apto para edificación así que permanecerá sin utilidad.”
Ya se habían hecho gestiones para que ese terreno pudiera ser utilizado como plaza y se había solicitado que la empresa que estaba pavimentando calles cercanas cumpliera la promesa de “pasar niveladora y topadora para mejorar la horizontalidad del terreno”. Pero nada de eso sucedió, al menos en ese año.
Comienzan los contactos entre vecinos. 1964
En agosto de 1964, el mismo diario se hace eco de “un conjunto de vecinos de Don Bosco propietarios de viviendas que circundan el predio de OSN, animados de un verdadero espíritu de Progreso resolvieron hacer del predio una hermosa plaza en un lugar donde hasta hace poco eran arrojados desperdicios domiciliarios y que constituyen un peligro permanente”.
Sobre este trabajo conjunto de los vecinos, tenemos el relato de una protagonista, Ángela Fernández de Scillone:
“En 1958 nos radicamos en Don Bosco frente a la hoy llamada plaza Spilimbergo o Plaza de la madre; éste era un predio rodeado por un alambrado con cardos de 2m de altura. Con mi esposo Fidel Scillone, mirábamos el lugar con angustia, pensando un destino no muy favorable.
Este predio pertenecía a Obras Sanitarias de la Nación. Con la Sociedad de Fomento, presidida en ese momento por el S. Fernando Defelippe, se gestionó el permiso para limpiarlo sin obtener respuesta. Cuando se hizo el pavimento de Juan B. Justo, entre la Sociedad de Fomento y vecinos contratamos la topadora y según diseño de Fidel Scillone se le dio forma de plaza. Comienza luego un trabajo de forestación. Se plantaron 150 árboles, algunos donados por la municipalidad. Otros, como los ceibos, fueron traídos del río y los palos borrachos y otras plantas donadas por los vecinos. Todos los fines de semana se reunían a trabajar, limpiando y dándole forma a los canteros, varios años de tarea.”[4]
1966
En octubre del 66 el diario Crónica informa que “se conformó una comisión de vecinos y entidades que “el día 16 de octubre se reunirán en la plazoleta situada en la calle Roca y Juan B. Justo a las 9:00 horas. Allí se rendirá homenaje a La Madre y se procederá a colocar una placa que simbólicamente será la piedra fundamental del monumento que con la buena voluntad y ayuda de los vecinos y entidades se emplazará en ese lugar”. Con palabras alusivas a cargo del señor Dante Parandelli en el nombre de la comisión, se descubre la placa que recibe la bendición del cura párroco Vicente Espinosa. Se realiza un desfile y un homenaje escolar y se cierra el acto con una misa de campaña.
1967
Un año después, a mediados de 1967 se denomina a la comisión “Pro monumento a la madre”. Se entrevistan con el intendente para comentarle el proyecto y pedirle ayuda.,
Rescato nuevamente, como lo hice en la nota sobre la salita, la iglesia y la escuela en Don Bosco, el espíritu de solidaridad y trabajo conjunto entre vecinos y entidades.
En el detalle de los fondos aportados están la Junta Parroquial, la Sociedad de Fomento, la Junta Vecinal Barrio Parque Don Bosco, la Municipalidad de Quilmes, la papelera de Carlos Alberto Tassano, el Club de Leones de Don Bosco, la Escuela Industrial Técnica y muchos vecinos.
El presidente de la comisión es del Club Libertad y en ésta participan representantes de la Sociedad de Fomento, de la escuela Nº 1, de la Cooperadora Policial, de la Junta Parroquial, etc.
Se siguen juntando aportes para poder inaugurar el monumento en octubre de ese año.
Angela de Scillone nos sigue contando:
“En 1967 se decide emplazar el Monumento a la Madre que contiene una cerámica con un dibujo de Lino Enea Spilimbergo facilitado por el hijo y realizado por la Escuela de Cerámica. La forma del monumento (realizado por mi esposo Fidel Scillone) tiene como intención la imagen de un caracol símbolo de crecimiento donde los niños puedan jugar como si fuera el regazo de su madre.
Colaboro en la realización el ingeniero Elido Scian y contó con el apoyo de un grupo de madres pertenecientes a la parroquia de Don Bosco.”
Se realiza mediante la Comisión de Damas un venta de bonos y hasta hay un registro de una entrada de dinero resultante de la venta de envases y diarios ¡organizada por los vecinos!
Con ese dinero se hace el encofrado de madera, se compran los materiales, cemento, cerámicos y se paga la mano de obra inicial.
Angela de Scillone nos sigue contando:
“En 1967 se decide emplazar el Monumento a la Madre que contiene una cerámica con un dibujo de Lino Enea Spilimbergo[5] facilitado por el hijo y realizado por la Escuela de Cerámica. La forma del monumento tiene como intención la imagen de un caracol símbolo de crecimiento donde los niños puedan jugar como si fuera el regazo de su madre. Colaboro en la realización el ingeniero Elido Scian y contó con el apoyo de un grupo de madres pertenecientes a la parroquia de Don Bosco.”
Finalmente, el primero de octubre de 1967 en el marco de los festejos patronales del pueblo de Don Bosco, se procedió a la inauguración del Monumento a la Madre.
El programa comenzó con un repique de Campanas y disparo de bombas, continuó con una misa de comunión oficiada por el padre Inspector salesiano Emilio Hernando. Luego se realizó una misa de campaña en las calles Uriburu y Juan B. Justo oficiada por monseñor Jerónimo Podestá, obispo de Avellaneda[6].
Una gran procesión portando la imagen de San Juan Bosco se dirigió hasta el Monumento a la madre y se bendijo e inauguró la plaza Lino Enea Spilimbergo.
También se bendijo e inauguró el Monumento a la madre que había realizado el escultor Fidel Scillione (la imagen de un caracol símbolo de crecimiento donde los niños puedan jugar como si fuera el regazo de su madre, como describe su esposa). En el monumento se coloca la placa cerámica del trabajo de Spilimbergo.
Hubo palabras alusivas del presidente de la Sociedad de Fomento, Héctor Bartolucci, del presidente de la comisión Pro monumento señor Dante Parandelli entregando el monumento al pueblo, también hablaron la señora Ángela de Chiappe, de la comisión de damas y el obispo. Se realizaron ofrendas florales y se soltaron palomas y globos.
Así quedaba también reflejada para siempre en la plaza, la voluntad de aquellas personas que se unieron y no cejaron hasta conseguir lo que se habían propuesto.
Silvia Marmori
Mi agradecimiento para Alejandro Gibaut por todas las mensuras y el tiempo que le tomó registrarlas para mí y para Adriana Gonzalez, que paciente y dedicadamente scaneó éstos y otros diarios Crónica sobre Don Bosco para mi libro.
[1] Ley sobre fundación de nuevos centros de población de fecha 19 de junio de 1913, que obliga a los dueños de la tierra a dejar para el fisco lotes destinados a escuelas, comisarías, hospitales y plazas.
[2] Mensura 223 de 1931. “Joaquín C Ramona Urquizú, Pueblo de Don Bosco” Instituto de Geodesia Prov. de Buenos Aires.
[3] Diario Crónica. Semanario independiente de la ciudad de Bernal. Fundado el 7 de enero de 1922 por Máximo Salaberry.
[4] Testimonio de puño y letra de Ángela Fernández, recogido por la Biblioteca Popular Don Bosco.
[5] Lino Enea Spilimbergo (Buenos Aires, 12 de agosto de 1896 – Unquillo, Córdoba, 16 de marzo de 1964) pintor y grabador es considerado uno de los grandes maestros del arte argentino,
[6] La diócesis de Avellaneda, en 1967, comprendía a Quilmes, Fcio Varela y Berazategui. Estas tres últimas en septiembre del 76 conformaron la Diócesis de Quilmes, con su primer Obispo Monseñor Jorge Novak.
Fantastico,un lugar visitado frecuentemento de pibe !!!
¡Excelente! ¡Que buen informe, completísimo! Felicitaciones…
Excelente relato. La forma del caracol y la elevacion artificial del terreno son fuente de juego para generaciones
Tuve la suerte que de adolescente mi padre me llevará a ver como se construía el monumento.
Bastante complejo para llevar a cabo tanto el enconfrado (molde) para el hormigon, como la armadura.
Para ello, recomendó al Sr Ortiz habilidoso en esos menesteres, que vivía en Cramer 77 Bo. Parque si mal no recierdo.
Hola !!! hermoso recuerdo!! Mi papá: Vicente Morello, fue uno de los fundadores de la Sociedad de Fomento Don Bosco, que funcionaba donde está la Biblioteca de Don Bosco.
Varios veces fue Vocal, Tesorero y Presidente de la Sociedad. Cuando mis padres fueron a vivir allí, por el año 1958, yo tenía 2 años y mi hermano era bebé. Las calles eran de tierra. El fue uno de los que fundaron la Sociedad y gracias a su enorme compromiso con el Barrio y sus numerosas gestiones se hizo el asfalto, cloacas, gas, alumbrado, etc.
Recuerdo perfectamente cuando se hizo la placita de la madre y se erigió el monumento.
Ese bellísimo grupo de vecinos, que luego de su trabajo, se reunía para hacer de su barrio un lugar mejor donde vivir, merece todo nuestro respeto y reconocimiento. Un gran ejemplo nos han legado.
Gracias por el hermoso recuerdo !!!
Hermoso Don Bosco…recuerdo haber jugado en esa placita…con Pablito Scillone…nuestro vecino…Mí abuelo, el compositor Torcuato Rodríguez Castro construyó una de las cuatro primeras casa de Don Bosco en la década de 1920. La casa de los abuelos estaba en Uriburu, frente a la estación de tren Don Bosco…en esa época, contaba mi abuela, la parada del Ferrocarril del Sud se llamaba Kilómetro 13…todavía no se llamaba estación Don Bosco…en esa casa funcionó la sucursal Don Bosco del Conservatorio Williams. En esa casa, también, mi abuelo recibió varias veces la visita de su alumno de composición y gran amigo, Juan de Dios Filiberto.
Mi tío, Fidel Scillone, fue el escultor que diseñó el monumento, Para mí siempre fue un orgullo saber que él fue su diseñador.
Mi padrino, Fidel Scillone, dejo plasmado su arte en la placita, cómo la llamamos