Hace poco recibí un paquete con un libro sobre Quilmes que había comprado. Entre sus hojas, había un recorte. del diario “La Nación” del 10 de diciembre de 1957 con un artículo sobre el partido de Quilmes que, en esa época, todavía estaba integrado por Quilmes y el Berazategui actual .El diario histórico de la familia Mitre tenía una sección denominada: “Notas de andar y ver” y en esta ocasión nos relata un viaje a Quilmes. El mismo está divido en 9 partes y con 5 imágenes.
Estas 9 partes, son:
Quilmes es la quinta ciudad del país como consumidora de energía eléctrica.
El barrio de los gráficos (de Wilde)
La Avda. Mitre (de Avellaneda)
30 años de portentosa industrialización
Zonificación industrial.
El Quilmes de Antaño.
El problema del agua.
Pavimentos que rompen elásticos.
El camino a Conchitas (a Hudson por Mitre)
Por suerte, el vendedor del libro no tiró la hoja del diario al tacho de la basura adonde hubiera dormido el sueño de los justos. Esta nota es una joyita para los que estudiamos la historia local, para armar el rompecabezas de las políticas nacionales y municipales. ¿Por qué digo esto? Pues en la nota hay bastantes críticas a los distintos aspectos de la obra pública, pero no dice cuando empezaron y porque se detuvieron.
Pero no nos adelantemos. Vamos a analizar parte por parte, explicando los distintos puntos de la nota.
NOTAS DE ANDAR Y VER:
QUILMES ES LA QUINTA CIUDAD DEL PAIS COMO CONSUMIDORA DE ENERGIA ELECTRICA
Retomamos el itinerario de Andar y Ver por el sur de Buenos Aires y llegamos hasta el Río de la Plata por Quilmes, sus playas de suave declive y tranquilo oleaje, al pie de dilatados sauzales: sauce colorado, sarandí negro, ceibo, juncos, y cortaderas. En el trayecto, dejando el Acceso Sudeste, antes de cruzar las vías del ferrocarril Roca, no puede menos de lamentarse la interrupción de las obras, precisamente en el puente que cruza sobre la calle Las Flores, la troncal de Wilde, que siguiendo el rumbo nordeste-sudoeste, atraviesa la avenida Mitre, la vía ferroviaria y el Acceso Sudeste.
La Dirección de Vialidad debe encarar la pronta prosecución de las obras de ese puente, del inmediato sobre la avenida Roca y del que pasa sobre el Ferrocarril, entre Wilde y Don Bosco; al igual que un par de Kilómetros antes el puente sobre el arroyo Santo Domingo que constituye sin barandas un considerable peligro en la noche; y otro kilómetro y medio más acá, el puente sobre el Sarandí. Simultáneamente, la Municipalidad de Avellaneda debe acelerar la pavimentación de la calle Las Flores en Wilde y, entre tantas otras, de Ortega, la paralela al acceso, hacia el río, terriblemente empozada al tener que recurrir a ella para seguir hacia Bernal y Quilmes por la avenida San Martín, con sus jardines al costado de la vía
El Barrio de los Gráficos
Reclaman estas soluciones mínimas en materia vial y de pavimentación las 320 casas del barrio construido, con la financiación del Banco Hipotecario Nacional, por los obreros de la Fabril Financiera, a pagar en 25,30 y hay hasta 50años; el monumental Hospital del Vidrio y muchas otras importantes construcciones del lugar
Un centenar de esas, que excedieron las necesidades del personal de la Fabril, han sido tomadas en las mismas condiciones por obreros gráficos de diarios e imprentas de obra. Tienen luz, proporcionada por el consorcio constructor, porque hasta ahora la C.A.D E. les niega el suministro; aguas corrientes y cloacas, habiendo llegado ya a constituir un limpio y densamente poblado barrio, a cinco cuadras solamente de la estación Wilde, es decir, a un cuarto de hora de Plaza Constitución.
La Avenida Mitre
También lleva a Quilmes la avenida Mitre, que viene desde Avellaneda con el tranvía 22 sobre las plazoletas centrales y continúa —pasando por debajo del Acceso Sudeste, que ha tornado hacia el Sur en busca del camino de Cintura, por Lomas— con el nombre de Dardo Rocha —antiguo camino real con más de 60 varas de ancho— y con has mismas plazoletas que restan capacidad para el tránsito a la avenida: el otro diente de la horquilla que allí se abre, es la avenida Calchaquí, ruta nacional N° 2, a La Plata y Mar del Plata, por Florencio Várela.
Aunque muy lentamente y obstruyendo el tránsito por mucho tiempo, por lo que puede verse, unas máquinas excavadoras están ensanchando la avenida a expensas de dichas plazoletas, a las que restarán unos tres metros por lado. También las veredas, allí excepcionalmente anchas, podrían ofrecer otros tres metros por lado a la avenida Mitre, para transformarla así en una segunda Pavón, con transito sincronizado por luces y líneas de trolebuses.
Treinta Años de Portentosa Industrialización
Llegamos por fin a Quilmes y, aunque el aire del río nos trae reminiscencias de lejanas vacaciones y de excursiones dominicales a sus playas, enormes fábricas nos dicen que no han pasado en balde treinta años. A partir de 1927 (sic), con la instalación de la Ducilo que ocupa a más de cinco mil obreros actualmente, comienza la industrialización, favorecida por una ordenanza que eximía de impuestos a los establecimientos que desearan instalarse en la zona.
Vienen sucesivamente Rodiaseta —varias—, de química; la Bernalesa, que “empezó con cincuenta mil pesos de capital y para hoy ese guarismo, pero en millones de pesos; la Catya, de tejidos también, y otras ciento cincuenta fábricas de tejidos, contando solamente las más grandes; las de cartuchos y municiones Orbea y Spreafíco; las de plásticas. Phillips y Ericsson; Crisoldinie, con todos sus obreros incentivados en la acería y fundición; Inyecta, también de fundición; la destilería Roger, especializada en productos pesados: Mendizábal, que fabrica paños para la industria, y muchas otras más.
Zonificación Industrial
Dentro de los planes reguladores de la Municipalidad quilmeña, se trata ahora de orientar los establecimientos fabriles a lo largo del camino General Belgrano, zonificación justificada por razones de facilidad para el tránsito, provisión de fuerza motriz y desagües. El hecho es que Quilmes ha llegado a ser la quinta ciudad del país como consumidora de energía eléctrica para sus fábricas, siguiendo inmediatamente a La Plata, en un “ranking” que encabezan lógicamente la Capital Federal y Avellaneda, para seguir con Rosario y La Plata.
En la actualidad, todas esas fábricas están ubicadas en Quilmes mismo y hacia Bernal. Ranelagh y Berazategui, por el norte, Sur y Oeste. La zonificación proyectada, que ha sido pasada en consulta a la Facultad de Arquitectura, se verá favorecida por los caminos industriales a Burzaco, Temperley, Adrogué y Banfield. Rigolleau ya la Ducilo desde Berazategui, embocan directamente en esos caminos.
El Quilmes de Antaño
¡Cuán lejos estamos de Quilmes de antaño, lleno de árboles y molinos de viento, al que la gente de Buenos Aires iba a veranear en añosas quintas! Vivíamos en el río – nos dice el Dr. Juan (sic)Craviotto, profesor y fundador de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, a quien cariñosamente llaman sus amigos “el Levene de Quilmes”- Todas las viejas familias – prosigue- estaban suscriptas, con un abono mensual de cinco pesos, al tranvía que noche a noche nos llevaba a la Rambla de Fiorito con sus acoplados abiertos: las clásicas “cucarachas”. Algunos íbamos a lo de Don Andrés el pescador atrás del Club Náutico, por donde desembarcó Beresford el 26 (sic) de junio de 1806. En la rambla había retreta los jueves, con banda de música.
“Todos nos conocíamos entre la gente vieja, como don Pedro Etchevertz, del Banco Popular, de tan sentida memoria; don Héctor Iturralde, César Barrera Nicholson, el Dr. Juan (es José) U. Orengo, ex rector del Colegio Nacional, y tantos otros, llegando a los más nuevos, como el Dr. Francisco Peña, médico de niños.
“La industrialización sacó de su provinciano quicio a Quilmes y multiplicó su población, que pasa hoy de 350.000 habitantes en el total del partido. Como para conocemos, ahora”.
“Pero en una segunda generación nuestros muchachos, ellos sí, todos se tutean. Es el resultado del compañerismo de mil quinientos alumnos y alumnas cada año, en la Escuela Normal y el Colegio Nacional, mixtos ambos. Y Quilmes ha recuperado a través los muchachos, que realizan una intensa vida social, su unidad familiar de treinta años atrás.
“Porque, empezando con los colegios y siguiendo con los clubs y centros de esparcimiento, con las fuentes de trabajo para todas las categorías y especialidades nuestros hijos lo tienen todo en Quilmes y no han sentido la necesidad de salir hacia Buenas Aires y otros centros. Ello explica su permanencia y la restauración, por la vida diaria en común, de la sociabilidad, que siempre caracterizo a Quilmes.”
El Problema del Agua
Aunque ya hemos hablado algo del problema del agua para la zona, con motivo de la nota sobre Bernal, repitamos que en Quilmes la escasez del indispensable elemento constituye el principal problema. Los pozos bombean al máximo, pero el agua falta porque las napas se adelgazan. Pozos que daban 120 metros cúbicos rinden hoy sólo 40. Ello ha obligado a los vecinos pudientes a instalar en sus casas tanques elevados de mil a mil quinientos litros y cisternas subterráneas de conservación para 500 a 1000 litros. Pero esa instalación, más los motores para elevar el agua, etc., cuesta entre cinco mil y diez mil pesos, sin contar con la escasez de energía, que obliga a cargar los tanques de noche. Por otra parte, los caños están envejecidos, llenos de arena y han disminuido su sección útil.
El agua es de excelente calidad y suma potabilidad, certificándolo así los 130.000 análisis que lleva hechos el doctor Craviotto, en su larga actuación como funcionario municipal. Solo el pozo 29, en la punta de Bernal, trae agua amarga. Tiene Quilmes, en cambio, ocho nuevos pozos muy fuertes, mas allá del camino a Mar del Plata, con gran producción, pero los caños son de poco calibre y no alcanzan a traer la necesaria provisión.
La solución, se nos ha repetido como en Bernal, sería una torre de toma directamente del río, entre Bernal y Quilmes, como se la ha previsto en tantos planes de O. S. N., incumplidos por falta de fondos o dejados simplemente de lado.
Pavimentos que Rompen Elásticos
Examinando los problemas edificios de Quilmes, tenemos la subsistencia, al lado de modernos y hermosos pavimentos, de hormigón, de muchas calles empedradas, pero no con granitullo ni adoquines cuadrados y lisos, sino con las piedras de punta del tiempo del Centenario.
En plena zona residencial, un zanjón profundo se mantiene sobre la calle Brandsen a lo largo de los cruces con Allison Bell, Uriburu, Derqui. Ceballos, Monroe y Zola, para seguir por Mozart, el viejo camino de las cloacas a Ezpeleta y Berazategui.
Brandsen es la sexta calle hacia el Sudeste, contando Rivadavia, la calle principal de Quilmes, su Florida, donde después de las 18 se corta el tránsito de vehículos.
El mercado de la calle Moreno, Lavalle, Olavarría y Humberto I es muy útil a la población, pero requiere mayor control y vigilancia en los precios. Por otra parte, su construcción fue tan deficiente, que la Municipalidad se negó hasta ahora a recibir las obras. El hospital, sostenido por una sociedad vecinal de beneficencia que reúne de tres mil a cuatro mil socios, presta muy eficaces servicios, con 150 camas y toda clase de consultorios externos e internos. Allí no se mira nada, pero las finanzas tocan fondo, no alcanzando la subvención municipal.
Camino a Conchitas
Vinculado con el tema de la pavimentación, debe mencionarse el pésimo estado del camino de tierra a Berazategui, pasando por Hudson, donde, desde 1952, se ha instalado la poderos fábrica Sniafa. Arroja la misma sus residuos al arroyo Conchitas, mal llamado Plátanos, mencionado por el poeta de la tierra purpurea en su libro “Allá lejos y hace tiempo”. Corresponde la auténtica denominación por el basamento de las rocas de gneis granítico hallado en perforaciones efectuadas en la zona.
La estatua de Venus, que se ve a la izquierda yendo para el sur aparece completamente sucia con residuos de petróleo. Siempre tuvo mala suerte esta estatua. Como decía —según una tradición anecdótica— el intendente que para 1911 o algo así, dispuso allá su colocación: ¡Estos sabandijas! ¡Recién les mando la estatua y ya le han roto los brazos!…
Mientras se llega a las pavimentaciones y repavimentaciones requeridas —debe también renovarse el pavimento de Rivadavia—, no podemos salir de Quilmes sin una mención de elogio para su intensa vida cultural, recordando a las dos instituciones surgidas de la Junta de Estudios Históricos: el archivo donado por el Dr. Fernando Pozzo, infatigable exegeta y admirador de Guillermo EnriqueHudson, en cuya sala Mitre está el cuadro del prócer, obra de Alice, al carbón, y el Museo Almirante Brown, que dirigió el Dr. Juan Domingo Pozzo Sin subvención en estos doce años —era menos que el alquiler—, fue entregado finalmente a la provincia y hoy está en Bernal, como Museo Regional, en la calle Lavalle y Veinticinco de Mayo. El Archivo fue también transferido a la Biblioteca Pública Municipal.
Comentarios a la nota:
En 30 años de portentosa industrialización.
En esta parte, el periodista comenta que conoció a Quilmes en algunas de sus vacaciones y fines de semana, hace 30 años. Es una lástima que no aparezca el nombre del autor.
A continuación se indica que la textil Ducilo se instaló, en 1927, cuando la construcción de sus instalaciones comenzó en 1934 en la Quinta de los Stanfield Yates y el 10 de abril de 1937 comenzó su producción de rayón. La ordenanza de Quilmes sobre promoción industrial fue de mayo de 1933, así que consideramos que fue un error de tipeo.
Se menciona Rodiaseta, La Bernalesa, la Catya y la cantidad de 150 empresas textiles en Quilmes pero no tenemos una fuente para asegurar la cifra. Después continua la enumeración de las empresas Orbea (de origen español), Spreafico, Phillips y Ericsson (La Lamparita, de 1948), Crisoldinie (fundición de origen alemán); Inyecta (fundición de aluminio), Roger, Mendizabal, muchas totalmente olvidadas, ¡que poco hemos cuidado a nuestras industrias! Las políticas de aperturas de las importaciones hicieron posible la destrucción de miles de trabajos.
El Quilmes de antaño.
Esta sección hace recordar al lector conocedor de la historia de Quilmes varias cosas, primero el subtítulo hace alusión al libro de José Andrés López, Quilmes de Antaño (casualmente el nombre del libro donde encontré el recorte del diario. ¿ O o tal vez, no ?). Segundo, hay un error en el nombre de Craviotto, pues es José y no Juan,. Luego continua la entrevista previamente pautada con un comentario no conocido en sus numerosas notas históricas, porque menciona un hecho personal. Las familias pagaban un abono de 5 pesos mensuales para ir por las noches a la Rambla de los Fiorito, que también lotearon Villa Lujan desde 1908 y otros loteos en el distrito.
A Craviotto se lo menciona como fundador de la Junta de Estudios Histórico de Quilmes, y como al pasar dice que detrás del club Náutico fue el desembarco del 26 (es 25) de junio de 1806 en la primera invasión de los ingleses, según su punto de vista sobre la que escribió en varias notas.
Menciona a vecinos caracterizados de Quilmes, y explica que la gran industrialización de Quilmes generó un aumento de la población y permitió que se quedaran los vecinos y no se fueran en busca de trabajo a otros lugares. Lo que no comenta es la gran contaminación que ocasionaron las “grandes empresas” con la ausencia total de plantas de efluentes y la contaminación de las aguas de nuestro Río de La Plata y la ausencia de políticas ambientales.
De ese Quilmes turístico, quedó poco.
El camino a Conchitas (Guillermo Enrique Hudson)
Algo para pensar en esta nota donde interviene muy a fondo José Craviotto. Además de los temas históricos, comenta el mal estado de la Avda. Mitre (que su segunda mano recién fue asfaltada en 1967), se denuncia que la Textil Sniafa, en Plátanos, tiraba sus efluentes residuales en el Arroyo de Las Conchitas (por la existencia de canteras de conchillas en la zona, que se utilizaba para la construcción). Si era funcionario de la Municipalidad de Quilmes, ¿porque no tomaba cartas en el asunto? Actualmente este arroyo continúa contaminado.
La localidad de Conchitas, fue renombrada en noviembre de 1930 con el nombre del naturalista Guillermo Enrique Hudson.
Las huellas de Craviotto en la nota comienzan al inicio, con la mención de la flora de la costa de Quilmes, y termina en esta parte, con la enumeración de frases, como “la tierra purpúrea”, “Allá lejos y hace tiempo”, la descripción muy técnica del tipo de suelo, lejos del conocimiento de un periodistas común.
Pero con respecto a la estatua de la Venus de Milo, que estaba colocada en el arroyo entre los puentes de Mitre y del ferrocarril, hay algunos errores. Se menciona que un intendente de Quilmes la había colocada, eso no es cierto
La estatua y Ayerza
Podemos leer en la revista Caras y Caretas N° 704, del 30 de marzo de 1912, que informa que el responsable de la colocación de la estatua era el propietario de las tierras de Plátanos, Don Alfonso Ayerza, criador de caballos árabes. En las imágenes se ven los andamios de los constructores de la base de la estatua réplica de la Venus de Milo.
En 1916 esa propiedad le fue regalada a su hija Blanca Ayerza casada con el que sería el famoso Arq. Alejandro Bustillo. En la propiedad, a metros de la estación de Plátanos, construyeron una casona denominada “Claveles”. Allí vivieron hasta el año 1931 para trasladarse a lo que ahora es el colegio María Ward.
Volviendo al texto de Craviotto, es obvio decir que el chiste sobre los brazos es también una leyenda.
Finalmente la nota termina en un elogio a sus colegas, mencionando a la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, y a dos instituciones que se crearon a partir de esta última: se nombraron al Archivo de Fernando Pozzo y al Museo Alte. Brown, de Bernal, que dirigió su hermano Juan Domingo Pozzo; el museo fue entregado a provincia de Bs.As. y el archivo Pozzo, se afirma, fue entregado a la biblioteca Popular de Quilmes; seguramente se incluyó en la parte histórica de la Biblioteca Sarmiento.
Conclusión:
En esta una nota interesante por la variedad de temas expuestos en la misma. Hemos tratado de completarla mencionando algunas de sus partes y ante posibles errores, quisimos corregirlos, con referencias de otras revistas, para tratar de completar la historia de Quilmes.
Ing. Rodolfo Cabral
Gracias, Rodolfo. Un tesoro mayúsculo en un rincón de un libro. Muy buenas las anotaciones y comentarios actuales.
Muchas gracias Daniel. Seguimos buscand esas perlitas….!
Extraño cuando nos veiamos seguido en alguna muestra. Hay que cuidarse.
Graias nuevmente.
Rodolfo Cabral
Qué bueno saber del lugar donde me crié (Hudson) y y donde naci y trabajé en mi juventud (Quilmes)
mi nombre es maria laura garrido
mi bisabuelo paulino gonzalez fue quien edifico la panaderia el cañon de oro alli trabajo fundo su familia y vivio durante años un verdadero lugar historico de quilmes con sus muebles originales y su pan sigue siendo espectacular
deberia ser nombrada sitio historico
no dejen de conocerla
QUERIA SABER PORQUE LA AVENIDA 844 TIENE ESE NUMERO?
ME CONTARON QUE FUE POR UN GRUPO DE ABORIGENES QUE LLEGO Y ESE GRUPO ERA DE 844 ABORIGENES, QUE HAY DE CIERTO, PORQUE NO ENCUENTRO NINGUNA INFORMACION AL RESPECTO.
DESDE YA MUCHAS GRACIAS