A 170 años de la heroica gesta librada en el sitio de la Vuelta de Obligado y alrededores (20.11.1845), donde se luchó contra el intento del imperio anglo-francés por navegar los ríos interiores del país que desconocía avasalladoramente nuestra soberanía territorial, ponemos de relieve algunas relaciones casi desconocidos del propietario de la “Chacra San Francisco”, en la actual San Francisco Solano –Don Manuel Antonio Obligado y herederos- con el ensangrentado y patriótico lugar de aquel entonces en la localidad de San Pedro, al Norte de la Provincia de Buenos Aires, a orillas del Río Paraná.
¿Qué fue la Vuelta de Obligado?
El 20 de noviembre de 1845 se libró desde la margen derecha del Río Paraná primero una batalla naval, y luego terrestre, entre las fuerzas invasoras de los más grandes imperios de aquel momento –Francia, junto a su aliada Inglaterra-, y las fuerzas de la Confederación Argentina, cuyo Jefe en el Teatro de Operaciones era el General Lucio N. Mansilla, y su Comandante superior el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires –encargado además de las Relaciones Exteriores de las Provincias Unidas-, General Juan Manuel de Rosas. Ambas potencias enemigas comenzaban abiertamente a jugar sus cartas contra las políticas de una América unida. El motivo: imponer por la fuerza la colocación de sus productos industriales en el interior del continente utilizando las grandes vías navegables.
La batalla ardió fragorosamente durante algo más de ocho intensas horas, sin mermar, pese a los terribles sacrificios en vidas argentinas que se iban desgranando hasta agotarse las municiones, tanto en el agua -cuya pequeña flota a velas estaba al mando de Guillermo Brown-, como en tierra, donde oficiales, soldados y población unidos batieron todo el parque existente con cañones de impacto y fusiles de chispa. En las postrimerías –cuando los foráneos se atrevieron a desembarcar-, fueron enfrentados con caballos, sables y cuchillos enardecidos.
El enemigo, muy superior en armas –cañones de explosión, naves de vapor, soldados profesionales-, logró acallar las baterías y cortar las cadenas interpuestas de costa a costa, y pudo continuar -aunque herido, sin hacer tierra firme-, navegando río arriba. Pero la constante persecución costera y la negativa de los puertos nacionales a aceptar el desembarco de las manufacturas que traían manchadas de sangre con las banderas del “libre comercio” les impidió consolidarse. La victoria espuria les fue breve. La resistencia nacional multifacética a lo largo del extenso río los obligó a retirarse y negociar más tarde la paz, incluida la derrota incondicional de sus pretensiones. Fue al son un gran triunfo de la defensa de los ríos interiores y la soberanía territorial inclaudicable de la Argentina, de inmensa proyección a todo el continente en aquel entonces.
¿Por qué se llama la Vuelta de Obligado?
La Vuelta de Obligado se encuentra en un recodo del río Paraná a la altura de la actual localidad de San Pedro donde se estrecha a unos 700 metros de costa a costa, muy difícil remontar a velas por el cambio intempestivo de rumbo. Y allí las fuerzas argentinas plantaron el campo de lucha por las ventajas tácticas del lugar. El lugar tiene un promontorio desde donde se puede divisar el despliegue de las fuerzas enemigas y castigar por lo alto. Y también, al lado, una playa donde se alcanza batir a ras del agua. El lugar tomó su nombre de un propietario de cierta relevancia comercial a fines del siglo XVIII, don Antonio Obligado. El lugar era un pequeño puerto de frutos del país. Algunos asesores del Comandante Mansilla propusieron como campo de lucha un lugar más hacia el Norte, en la actual Ramallo, en el Puerto Las Hermanas –también estrecho-, donde la inexistencia de recodo del río no producía el efecto correntada favorable a las fuerzas imperiales. Pero finalmente Lucio N. Mansilla se decidió por este lugar, seguramente por el efecto promontorio, el fuerte cambio de rumbo que impediría maniobras fáciles, y la visibilidad del despliegue.
Antonio Obligado, el propietario de ese recodo y de ese Puerto había nacido en Sevilla el 22 de enero de 1737. A los doce años vino a la Argentina. Se puso un negocio en la primera cuadra de la Plaza de Buenos Aires.
Se dedica inicialmente al comercio, ligado a funciones del Cabildo de Buenos Aires, y a los 48 años compra los campos de San Pedro hoy conocido como la Vuelta de Obligado –cinco leguas por la ribera del río Paraná por cinco leguas de fondo-. Allí comienza con la cría de mulas para ser enviadas al mercado de Salta y del Alto Perú con manufacturas europeas, desde donde volvían cargadas de oro, plata, cobre, sal, y otros productos. Amasa una gran fortuna. No estaría desligado del contrabando que minaba permanentemente a la Corona española por vía de uno de los tantos puertos costeros sin aduanas confiables. Murió en 1821 se lo conoce por desarrollar una extensa familia de hacendados, políticos, abogados, ganaderos y militares de nombre.
Los vínculos de la “Chacra San Francisco” con la familia Obligado.
Don Antonio tuvo seis hijos de su primer matrimonio con Fausta Fernández, uno de los cuales, Manuel Alejandro Obligado (1767-1843) fue abogado y propietario de la extensa “Chacra San Francisco” desde 1817 –hoy parte central de la ciudad de San Francisco Solano hasta Claypole y Burzaco, más de 500 hectáreas de tierras-. Fue ciudadano cabildante del lado patriota en mayo de 1810. Otros hijos de Don Antonio resultaron importantes militares y clérigos con profunda actuación en las provincias mesopotámicas. Al morir su papá Antonio Manuel Alejandro hereda la parte del promontorio y de la playa adyacente de toda la propiedad de la Vuelta de Obligado, y se sigue quedando con la “Chacra San Francisco” en el Partido de Quilmes adquirida por propia fortuna.
El Sr. Héctor Rafael Obligado –nieto del poeta Rafael Obligado, actual propietario del romántico Castillo levantado en honor de su abuela y tierras que quedan en ese lugar-, nos refirió que la franja en la que se desplazaron las fuerzas nacionales desde la costa del río Paraná efectivamente perteneció a Manuel Alejandro Obligado, el mismo estanciero solanense. A su muerte, dos años antes de la memorable batalla, esta franja se legó a sus hijos Pastor Obligado (1818-1870) y Plácido Obligado (m.1880), y así figura en el Plano Rural levantado en 1864. Como dato ilustrativo de la relevancia de la familia de la que hablamos podemos mencionar que del segundo matrimonio de Antonio Obligado con Francisca Saavedra nació Luis Obligado, padre del poeta Rafael Obligado (1851-1922), quien hereda las tierras hacia el lado de Ramallo, a diferencia de Manuel Alejandro, que hereda la zona propia donde se desarrolló la conflagración. La nieta de Manuel Alejandro –Julia Obligado, hija de Plácido- se casará con Pedro Claypole, a quien se debe el nombre de la cercana localidad homónima.
Lo interesante es señalar que al momento que se produce el dramático choque de armas y de intereses (1845) uno de los herederos de Manuel Alejandro Obligado –tanto en la Vuelta de Obligado como en la “Chacra San Francisco” de San Francisco Solano- era, como dijimos, Pastor Obligado, asesor de segunda línea por aquel entonces del Gobernador Juan Manuel de Rosas, y quien será en 1853 ungido primer gobernador constitucional de la Provincia de Buenos Aires luego de la caída del jefe federal. Pero además Pastor Obligado era el encargado de cuidar y mantener indivisa la propiedad del sur de Quilmes, la “Chacra San Francisco”, donde conservaba algunos animales y su casa de descanso –hoy ya desaparecida, que se encontraba a unas cuadras hacia el Oeste de la estación de Solano-.
No conocemos ninguna actuación destacada de Pastor Obligado durante aquellos sucesos de la defensa de la soberanía –tenía 27 años-. Suponemos que se hallaba en Buenos Aires, y sospechamos que subrepticiamente jugaba a favor del bando unitario, pugnando por la derrota de Rosas y la apertura de los ríos interiores, como finalmente se consagró en la Constitución de 1853, a la que juró defender.
Bibliografía utilizada:
Gullotta, Víctor Gabriel, San Francisco Solano: una historia para contar /1580/1993), El Monje Editor, Quilmes, 1994.
O’Donnell, Pacho, La Gran Epopeya, El Combate de la Vuelta de Obligado, Grupo Editorial Norma, 2010.
Piccagli, Americo E. y Taurizano, Zulma, Historia Documental de San Pedro, Editores Rafael De Armas y Asociados, 1990
EXCELENTE TRABAJO, VÍCTOR. EL ORIGEN DEL NOMBRE (ESTANCIA SAN FRANCISCO) ME CIERRA MEJOR QUE LA VERSIÓN QUE ME DIERON ALGUNOS SOLANENSES; QUE EL NOMBRE LO HABRÍA ORIGINADO ALGUNA EMPRESA DE LOTEO QUE ASEGURABA QUE SOLANO HABÍA ANDADO POR ÉSTAS TIERRAS CON SU VIOLÍN. TAL VEZ ESA VERSIÓN NO FUE SÒLO UN INVENTO PUBLICITARIO DE LOS MERCADERES, SINO QUE PUDIERON RELACIONAR EL NOMBRE DE LA ESTANCIA CON EL MONJE MUSICANTE. EN FIN, VOS SABRÁS. UN ABRAZO…!!! Mingo.-
Tal cual Angel. Solano debe su nombre auténtico a la Chacra “San Francisco”, de la Orden de los franciscanos a la cual pertenecía San Francisco Solano. Pero el santo del violín nunca estuvo por aquí. Gracias.
Que buen trabajo. La verdad que esclarecedor, no me extraña porque el libro de la historia de Solano lo tengo leído varías veces y es de consulta. Muchas gracias