Pinceladas de la costa de Bernal

Un lindo sábado de marzo, fuimos al rio de Bernal con los amigos de PuebloKilmes. Hacía ya tiempo que no iba.  La última vez, fue con un grupo que defendía la costa de Bernal;  era el COA de Bernal (Centro de observadores de aves). Vi en esa oportunidad la maravillosa costa, casi selvática, con árboles hermosos, frondosos pero se estaba cubriendo el humedal con basuras, escombros de varias empresas. La idea, parece, es levantar el nivel de la tierra y realizar algunas construcciones. Pero dejemos esa parte, que debe estar peor hoy en día.

El barrio

Como dijimos, una bellísima mañana tardía de verano, llegamos por la calle Espora a la costa de Bernal. Hay un pequeño barrio, que diariamente lucha contra las crecidas del Río de la Plata, con enviar los pibes del barrio a la escuela, comprar alimentos, etc.

Vimos la hermosa costa, contaminada. Además del agua, con los cables de alta tensión y la basura que ataca la tierra. El asfalto llegaba hasta el agua que en ese momento, estaba muy crecida.

Del lado derecho, mirando al Río, había dos casas antiguas con palafitos, o sea sobre postes de madera donde se construye una casa. Antes eran de chapa y madera, de esa manera se protegían de la sudestadas.

Había un cartel que decía: “Recreo La Tapera, donde llueve y no gotea. Patrimonio Histórico cultural desde 1914. Reserva natural de Quilmes y Avellaneda”.

Me acordé de las casas del mismo estilo que había en la costa del Rio de Quilmes, evocando mi niñez. Muchas fueron desalojadas cuando se instalaron las torres de alta tensión, en los años 70.

Es para felicitar la conservación de esas casas que nos hablan de un pasado no muy lejano, pero casi olvidado. También me hicieron recordar varios cuadros del artista plástico Ludovico Pérez, donde se pueden admirar esas casas sobre los pilotes y el Rio de la Plata, con sus botes y sus bailongos, con el estilo inconfundible del maestro Pérez.

Palafitos

Los palafitos eran comunes en Europa y en varios países de Latinoamérica. Venezuela, nada más y nada menos, debe su nombre  a este tipo de hogar sobre pilotes. Cuando en 1499 los españoles invaden la zona, estas construcciones les recordaron a la ciudad de Venecia, y denominaron como Venezuela al golfo que comunica al lago de Maracaibo, o sea Pequeña Venecia. Luego con el tiempo, el nombre se impuso a la República de Venezuela, patria de Bolívar.

En Chile están los mundialmente conocidos de la isla de Chiloé, en la ciudad de Castro, con sus barrios en la costa con este tipo de construcción de hermosos colores. Recuerdan un poco a nuestro Caminito, por tal colorido.
Pero en nuestras costas quedan muy pocas! Nuestro afán de destrucción es grande!

Placas recordatorias

Otro hecho que me sorprendió es que en un negocio a la izquierda de la calle Espora, en las columnas y paredes, hay placas, que recuerdan a vecinos fallecidos.
Visitador compulsivo de cementerios, es la primera vez, que veo estas placas, fuera de un cementerio, capilla o campo santo.