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Fisonomía y paisaje en el Don Bosco de antes

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Noviembre

Noviembre es un mes de celebraciones en Don Bosco.
El 10 de noviembre de 1926 un decreto establece una parada de pasajeros en el Km. 13. Otro decreto fechado el 4 de noviembre de 1929 denomina Don Bosco a la parada de tren. Días más tarde, el 16 del mismo mes   se efectúa una ceremonia para festejar  la denominación de la parada ferroviaria.

Les propongo sumarnos a estas celebraciones hablando sobre un aspecto no tan mencionado: la fisonomía y el paisaje.
Hagámoslo en dos partes.
La primera, en este escrito,  será sólo con testimonios y la segunda, a publicar en breve, con fotos e historias  que compartieron conmigo algunos vecinos pioneros

Geografía, primero

 mapa de “Geología urbana del área metropolitana bonaerense y su influencia en la problemática ambiental” Fernando X. PEREYRA

La geografía de las tierras donbosquenses fue una de las causas que propició que  las ventas de los loteos se hicieran en forma muy rápida.
El primer lugar alto desde la capital. A la altura del parque Lezama.  Casi alto como el obelisco. Como si vivieras en un 4to piso en Buenos Aires…
Muchas comparaciones que escuché y la innegable altura con mejores aires.

Las tierras que luego serían Don Bosco son parte de la elevada llanura pampeana, una meseta con caídas suaves o  bruscas en forma de barranco.  Los suelos fértiles son parte de la planicie de la Pampa Ondulada.
“Si bien los materiales superficiales que la conforman son los sedimentos loéssicos Pampeanos y Pospampeanos de origen fundamentalmente eólico, la planicie presenta un paisaje que es producto de la acción fluvial… en la Planicie estuárica se manifiesta en primer lugar en la barranca, cuyo desnivel puede superar los 10 m respecto de la planicie del Río de La Plata.respecto a la franja costanera, afloraban al pie de la barranca los bancos de tosca ensenadenses. Al sur de la Ciudad de Buenos Aires, la barranca desaparece hasta la zona de Quilmes, donde vuelve a aparecer aunque con menor resalto respecto del Río de La Plata… al pie de la misma se encuentran los materiales arcillosos del Querandinense.”[1]

Este suelo tan fértil era muy propicio para el cultivo de huertas, de jardines, arboledas. En la zona de la barranca, que era  inundable y con muchos bañados, el suelo era más arcilloso y no tan productivo para la agricultura pero sí para el ganado, lo que favoreció la aparición de tambos así como hornos de ladrillos mucho antes de que Don Bosco fuera pueblo.

Vida diaria,  comidas y anécdotas.

No hay muchas fotos de esa época y reservo algunas para la próxima entrega.
Así que para conocer mejor estas tierras, con menos datos duros y más recuerdos,  imaginemos ahora una gran mesa. Sobre ella,  bizcochitos y mate.  Alrededor, sentados, algunos personajes que entrevisté a lo largo de estos años:
-¿En ese entonces había mucha pesca en el río?- comienzo.

Martín, cuyo bisabuelo fue el dueño del primer horno de ladrillos anterior al tren y su abuelo fue dueño de un tambo, comienza.
– Mi familia pescaba en el río. En  tiempo de seca, llevaba las vacas al río a tomar agua y en las canaletas quedaban sábalos, dorados, bagres.   Les revolvíamos el agua, entonces  los pescados no sabían a que altura estaban y se les veía el lomo. Ahí era cuestión de palo… ¡y  ya teníamos para hacer pescado asado! Ingresaban por las canaletas de desagüe, había un terraplén para sacar las vacas, y entraban por esas zanjas.
Antes el río sacaba (traía) mucha madera. Entonces, cuando bajaba, poníamos esa madera en la zanja y le dejábamos un espacio hacia arriba, los pescados se embolsaban y cuando pasaban por ahí ¡eran nuestros! Tantos había que entrábamos a caballo al agua y las lisas saltaban por arriba de la cabeza.
Había un pescador Ruggero, tenía una red grande y ¡sacaba cada lance! (Se le llama  lance, aclara Martín, a  cuando “sacan” pescado, de ahí viene eso de decir se tiró un lance).
Entraban con el bote y llevaban  la red y la retiraban con caballos.
Cuando estaba el agua profunda los caballos la podían sacar pero cuando acarreaba mucho peso, tocaban el piso y los pescadores tenían que largar los lances debido a la cantidad de peces que había. A las lisas  les ponían una red con contrapeso y un flotante para que no se escaparan. Los perros agarraban las que podían.  Además de lisas se pescaban surubíes y el clásico sábalo que se hacía después a la parrilla.
Era agua muy limpia la del río en esa época. Los quinteros la bebían, tenían bombas y los italianos hasta decían que era más linda para la pasta.

– ¿De qué año hablamos, Martín?

– Y… por ejemplo Ruggero y otros pescadores  estuvieron  hasta el año 56 más o menos.

paisaje don bosco ranas–  En el año 52- recuerda Alicia-  íbamos en bicicleta a las quintas, también al río a buscar ranas y llevábamos bolsas. En cuanto venía el repunte del río, el campo quedaba encharcado y donde había espuma (como si fuera espuma de cerveza pero con un agujero en el medio) sabíamos que había un nido de ranas. Entre esa espuma las tomábamos. Los machos solamente, porque tienen más carne.  ¡Ranas con papas fritas era el manjar!

– Hongos, buscábamos hongos – dice Martín-  Cuando iban a cuerear los animales  que se morían para vender el cuero  y los abrían para que se echaran  a perder más pronto,  alrededor se formaban gran cantidad de hongos.  Mi abuela los ponía con miga de pan mojada en leche, si no se ponían negros entonces eran buenos para comer. El ajo también servía. Comíamos empanadas grandes de hongos.

Los patos también eran parte de nuestro menú. Cuando había seca y crecía el río, estaban en el pajonal. Siempre cazaba  liebres. A las dos de la tarde, veía una liebre y se metía debajo de un cardo, a dormir. Yo iba y la cazaba. Eran lindas,  no eran corridas por los perros pero tampoco eran duras.

Había laguna con flamencos, entre Adler y Roca y Uriburu. Flamencos rosados, patos zambullidores.

Tito, que llegó a Don Bosco en 1937, cuenta:

-Caminando al río de Don Bosco, íbamos a comprar ciruelas amarillas, vino, durazno, peras de agua para diciembre.

-Claro, acota Martín- Peras de agua, uva americana (no de la chinche) y con esa se hacía vino. La uva maduraba pareja, hace más de 30 años que ya no madura así.

-Y los bichos canasto Martín? – recuerda Alicia. -Nos hacíamos collares!

-Noo, seguro los hacían con los del río de Bernal que usaban hoja de sauce- retruca Martín-  los de acá de Don Bosco eran más espinosos.
Ahora ya no hay más. Trajeron una avispa de Mendoza para que los comiera porque atacaban las quintas y  los bichos canasto desaparecieron.

Estaba lleno de cardos- continua Martín y el resto de los invitados asienten– los italianos venían a juntarlos y era muy común comerlos a la milanesa o al horno con cebolla, tomate y queso rallado.

Agustín y Mabel miran al resto con la sonrisa típica del “se me hace agua a la boca” y entonces recuerdo algo. Hacemos un alto en la charla y les leo a todos un párrafo del libro “Quilmes a través de los años” de  J. A. Craviotto:

“Crecían abundantemente los que han sido llamados pajonales de carda en los campos bajos e inundables, vegetales que alcanzaban hasta dos metros de altura; se trata de la especie criolla que proporcionó alimento a los primeros españoles que llegaron al Plata en sus apuros; Lope de Souza los menciona en 1530, “cardos que a gente folgaba de comer”, dice; lo ratifica Schmidel, el acompañante de Mendoza: “una raíz que llaman cardo y entonces la comen para la sed; Luis Ramírez en sus andanzas de 1528 dice que se alimentaban de estos cardos al faltarles otros víveres y agrega que la zona de cardales es llana y sin árboles.[2]

Toma la palabra Martín, imparable:

– Había halcones chicos que  comían las palomas de los de Colombrera[3] y se robaban  pollitos. También chimangos, mistos (Sicalis luteola). Los italianos venían con la red ya dentro de la jaula, los cazaban y se los llevaban ¡para comer con polenta!  La Cachirla (Anthus correndera) es un pájaro parecido al misto, se esconde o anida en la pisada de vaca. Antes los pibes hacían boleadoras de alambre y las boleaban, de ahí el dicho “ te crees que yo me crié boleando cachirlas?” cuando te preguntan si sabes o no sabes hacer algo.

Chimango
Mistos
Cachirla

Tito agrega:

-Iba a cazar ranas y anguilas con mi abuelo, también cazábamos perdices,  liebres y de vez en cuando,  mulitas.

Retoma Humberto:

-Bernal y Don Bosco tenían aire puro,  muchas  familias de Barracas traían a sus hijos a pasar el verano a estas tierras alrededor de los años `20 y `30.  Tenían caballos y mi suegro (Cacho Cichero) los cuidaba junto con los propios  en  las tierras donde hoy es el barrio Nuevo Quilmes.  Acá nomás (Chiclana y Lomas de Zamora)  había una laguna grande  y llegaba hasta donde hoy está el colegio[4]. Estaba llena de patos, íbamos  a cazarlos. No era profunda,  la caminábamos con los caballos. Después del 31, alrededor del 40 estaba todavía la laguna. Luego se rellenó para vender los lotes.

Se suma a esta charla Mabel:

-En donde se construyó el Hospital del Vidrio, había  una loma y un horno de ladrillos. Dicha loma estaba  como “cortada de golpe” y se veían las capas de conchilla. Ahí se formaba una laguna. De soltero, mi padre  se ponía las botas e iban a cazar patos. Aunque yo no lo vi, él me contaba que hasta había peces de colores sobre la conchilla.

Comienza Agustín:

-Si nos paramos ahora en la esquina de Ramos Mejía y Uriburu, de acá a mitad de cuadra para abajo (señala el río) era todo laguna. Del tipo bajo, poca agua y había muchas aves silvestres. Si seguimos hasta la Avenida Caseros y doblamos hacia el acceso, seguía la laguna, veníamos a pescar de chicos. [5] 

Graciela recuerda:

– Había una laguna,  estaba en el actual almacén sobre Roca y Rivadavia. Ahí cerca vivían unas chicas a las que les decían “las de la laguna”. Según lo que llovía se hacía bastante grande el espejo de agua. Cuando lotearon para construir, tuvieron que rellenar.  Había flamencos, patos…

Les cuento a los invitados a esta imaginaria mesa (y a ustedes)  que en cuanto al agua, un informe del Ferrocarril del Sud menciona que: “no se han hecho grandes perforaciones sin embargo se han cavado varios pozos que dan agua buena y abundante procedente de unos 23 metros de profundidad según informes de vecinos y de poceros”[6].

A estos informes de vecinos – agrego– sumo el de mi propio abuelo, Alfredo Langone.  En la manzana  129, lotes 5 y 6 sitos sobre la calle Pringles, entre Montevideo y Misiones, alrededor del año 32, él cavó un pozo obteniendo muy buena agua… y una sorpresa. Encontró un hueso a bastante profundidad y se comunicó con el Museo Paleontológico de La Plata. Gente del museo fue a retirarlo y un tiempo después, además de agradecerle, le  respondieron que correspondía a un gliptodonte.

-Mi suegro, Cacho Cichero, era el dueño de uno de los hornos de ladrillos cercanos al Hospital del vidrio que mencionó Mabel – se entusiasma Humberto– y él me contó que haciendo el pozo ¡encontraron restos paleontológicos! 

Martín también recuerda:

– Cuando se hizo una excavación en Lomas de Zamora, La Paz  y Caseros en terrenos de la actual escuela Nº 61, el guinche de la empresa constructora sacó a la superficie huesos que eran paleontológicos. El ingeniero no quiso parar la obra, así que no quedaron registros para saber de qué animal se trataba.
Craviotto [7] cuenta que Florentino Ameghino había realizado excavaciones “cerca de Puente Chico, en las lomas de Don Bosco y en Conchitas” y el perito Francisco P. Moreno y Guillermo E. Hudson en esta última. Craviotto deja registrado que en numerosas construcciones, al cavar, se encontraron más restos de diferentes especies animales. “En las capas más profundas del Pampeano se mezclan los últimos restos de aquella fauna extinguida: toxodontes, machrauquenias, milodontes, gliptodontes con los de una nueva fauna de los comienzos del cuaternario.”

Creo que ya pudimos hacernos una idea aproximada de las características del lugar por medio de esta charla y como algunos de los invitados se cansaron un poco, hacemos un alto y la próxima volvemos con fotos (de ombúes y tropillas en ese Don Bosco rural) y otros relatos: Martín, su familia, tambos y hornos; la quinta más conocida  que era la de los Marini…  y otros vecinos!

¿Lo retomamos el 16 de noviembre, que es otro aniversario de Don Bosco, con un video?

¡Hasta entonces!

Silvia Marmori

 

Participaron 

Humberto Mai , yerno de Cacho Cichero, entrevista realizada el  4/3 2016.

Martín Tejeda entrevista realizada por la autora y por Alicia Mateos  el 1-11-2016.,  

Agustín Janica Entrevista realizada por la autora y por Rosana García el 14-9-2016 , 

Graciela Garibaldi  entrevista realizada el 5 de noviembre de 2019.

Mabel Manjón Reportaje a Mabel Manjón y Rubén Rodríguez el 26 de agosto del 2019. (gracias, Ricardo!)

Tito Lopresti  Reportaje a Tito  y Norma Lopresti el 13 de diciembre de 2019.

Alicia Mateos. Presente en varias entrevistas y gran colaboradora.

Algunos ya no están… a todos les doy las gracias!  También a Adriana Belda, que me dio la idea de esta charla imaginaria para mi libro sobre Don Bosco.

 

[1]    Ambiente natural Ambiente físico del Área Metropolitana   Héctor J. M. Morrás

[2]    Craviotto Pág. 53

[3]    Uno de los  vecinos colombófilos del pueblo.

[4]     Actual Escuela General Básica Nº 61, Av. Caseros 1586.

[5]     Recorrida por Don Bosco con Agustín Janica, 29 de septiembre de 2016

[6]     Ferrocarril del Sud, Guía comercial 1931, Buenos aires, 1931.

[7]     Craviotto Pág. 61-62

 

11 comentarios sobre “Fisonomía y paisaje en el Don Bosco de antes

  1. Muy emocionante. Me retrotrajo en el tiempo. Me llevó a un lugar en donde la vida y el tiempo parecían “caminar màs lento”. Felicitaciones Silvia Marmori.

  2. Nací y me crié en Don Bosco en el año 1940. Mis padres se casaron en 1935, se hicieron la casa ( chalet) en la calle Maipú entre Misiones y Formosa. Mi hermano nació en 1937. Tengo recuerdos de todo lo que están comentando ( El Policlínico del Vidrio, la loma, la cava,hoy asiento de la Villa Itatí, eran los lugares más cercanos a mi casa y de mis correrías de pibe, cazando y boliando pajaritos.
    Me encantaría seguir en contacto, comprar libros o leer toda clase de documentos que ilustren ese Don Bosco que me vió nacer y crecer.

  3. Recuerdo cuando se comenzó la construcción del puente sobre Av.San Martín en el límite con Wilde, todo el área ocupada por la actual V.Itati, las máquinas removian el suelo de “la loma” y dejaban al descubierto capas de Conchillas y huesos palenteologicos que recogían mí padre y tio. Se llamo al Museo en La Plata y recogieron de mí casa(San Martín 1268).Lamentablemente no se investigó la zona como hoy se haría

  4. Hola, mis hermanos, mi papá y mi abuelo y la familia de mi mamá éramos de Don Bosco. Familia Ruggiero y familia Attanasio . Que lindos relatos que llenan de emoción. Gracias

    1. Gracias por el comentario, María del Carmen. Si sos nieta del famoso actor, mi papá y el tuyo eran amigos. Te escribo al mail que dejaste para hacerte algunas consultas sobre tus recuerdos y tu familia.

  5. Que agradable recordar tiempos pasados vividos en don bosco.
    Justo mi Mamá era del 29 y por el 30 y pico fue a vivir Alvarez 131 a 50 mts de los marini.
    En el 53 nos mudamos a roca 910 al lado de lo que fue la vineria Visur y recuerdo cuando remataron la quinta y una de las primeras construcciones fue el instituto de inglés y jardín de infantes de norma davico sobre roca y rivadavia.
    El resto campo hasta el correo para disfrurar.

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