home Postales de Quilmes Un Picasso en la costa de Don Bosco

Un Picasso en la costa de Don Bosco

Compartir

En marzo de 1941 realizó su prueba más exitosa: la conquista del récord mundial de saltos al efectuar 39 en 10 horas y 8 minutos, empleando siempre el mismo paracaídas.
Su pasión había comenzado mientras hacía el servicio militar en El Palomar. Fascinado por los aviones, se coló  como polizón en un vuelo de bautismo. El lugar adonde se había escabullido estaba lleno de herramientas. Ya en el aire, el zamarreo agregado a los efectos del encierro lo descompusieron hasta el punto de que llegó un momento en que no pudo resistir más y abriendo la cubierta sacó la cabeza para respirar, siendo visto por el piloto, que descendió en seguida. Las consecuencias de la hazaña se concretaron en un mes de calabozo. Sin embargo, nuestro polizón se entusiasmó. El espacio lo atraía.

Picasso en Don BoscoEntre ese día de 1932 y un reportaje que concede a El Gráfico en 1939, Tomas Picasso había realizado más de 150 saltos. “En el espacio voy revoloteando como una hoja de papel. No se siente el viento ni se tiene noción de la velocidad con que uno baja hasta que se abre el paracaídas.” le cuenta al entrevistador.
Fue precursor y protagonista de las transmisiones radiales durante descensos con paracaídas en nuestro país. Se presentaba en pueblos, ciudades, en Uruguay.

El 22 de febrero de 1942, decide realizar una nueva prueba transmitiendo su descenso a las aguas del Río de la Plata.
Livio “Toto” Battistoni, vecino de Don Bosco,  era adolescente en esa época y seguía la carrera de Picasso. “Regresaba a casa después del estudio y lo vi. Me quedé parado en la esquina de  José Ingenieros y Chiclana desde donde observaba perfectamente al avión y cómo saltaba, estaba casi en línea recta a mi ubicación. Los árboles de la ribera no me permitieron ver cuando tocaba el agua.”
Volvió Toto a su casa, ubicada a pocos metros de esa esquina, emocionado por el avistaje. Al rato se esparció como reguero de pólvora en el barrio una noticia impensable.

 Provisto de un aparato transmisor de radiotelefonía, el paracaidista iba relatando el proceso de su marcha en el espacio. Cayó en las aguas del Río de la Plata pero el peso del equipo y los hilos del paracaídas esta vez le impidieron nadar para salvarse. La lancha de auxilio llegó tarde.

El pionero Tomas Picasso había realizado su último salto.

Silvia Marmori

 

Referencias 

 “1939. EL AS DEL PARACAIDISMO” autor: Frascara. 1939.
De la serie “Las entrevistas de El Gráfico” publicada el 7 de junio de 2019

Foto: Tapa Revista El Gráfico 1941

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *